Si estás aquí, probablemente estés buscando cómo hacer email marketing con estrategia y cómo mejorar tus habilidades en email marketing, ¿verdad? Bueno, estás en el lugar correcto.
Pero déjame adivinar, te encuentras en una situación donde, a pesar de enviar emails constantemente, sientes que no estás conectando con tu audiencia. Tal vez te estés preguntando: «¿Por qué mis correos no obtienen las respuestas o conversiones que esperaba? ¿Por qué parece que mis mensajes se pierden en el vasto océano del inbox de mis suscriptores?»
Vivimos en una era donde todos recibimos decenas, si no es que cientos, de emails diarios. La competencia por la atención es feroz. Y si sigues el antiguo paradigma de simplemente «enviar y esperar», te vas a quedar atrás.
No se trata solo de enviar emails, se trata de enviar mensajes que resuenen, a las personas adecuadas en el momento adecuado. Se trata de entender a tu audiencia, de ofrecerles valor real y de construir una relación genuina con ellos. Magia, no. Es algo posible cuando conocemos la estrategia.
¿Por qué hacer email marketing?
Antes de adentrarnos en las técnicas y tácticas específicas, es esencial comprender el «por qué» detrás del email marketing.
A pesar de la avalancha de nuevas plataformas y medios de comunicación, el email marketing mantiene su posición como una de las herramientas más influyentes en el arsenal de un marketer.
¿La razón? Su naturaleza intrínsecamente personal. Cuando envías un email, estás entrando en un espacio personal de alguien, su bandeja de entrada. Es una conversación uno a uno, sin distracciones. Y cuando este poderoso medio se utiliza de manera adecuada y estratégica, su capacidad para crear conexiones auténticas y generar resultados tangibles es simplemente insuperable.
Y, ¿cómo lo conseguimos? Vamos con los puntos más importantes.
Cómo hacer email marketing con estrategia.
Conoce a tu audiencia.
¿Sabes qué es lo que realmente hace que un email destaque en esa abarrotada bandeja de entrada? ¡Conocer a quién le estás escribiendo!
No es solo cuestión de enviar un montón de correos al aire y cruzar los dedos. Aquí es donde entra en juego la segmentación de tu lista.
Piénsalo como organizar una fiesta: no invitarías a tus amigos del gimnasio de la misma manera que a tus jefes o clientes más vip, ¿verdad?
Cada grupo tiene sus propios gustos y preferencias. Al entender y adaptar tus mensajes a los intereses específicos de cada segmento de tu audiencia, estás no solo enviando un email, sino iniciando una conversación personal, casi como si estuvieras charlando con un buen amigo. Y ahí es donde la personalización se convierte en tu as bajo la manga.
Crea contenido de valor
Imagina que tu bandeja de entrada es una especie de buzón mágico que, en lugar de facturas y publicidad no deseada, te trae pequeños regalos de sabiduría y valor. Eso es lo que debería ser un email de calidad.
No es simplemente redactar un mensaje y pulsar «enviar». Es sobre ofrecer algo que tu audiencia realmente quiera abrir, leer y, lo más importante, aplicar en sus vidas.
Ya sea una solución a un problema que han estado enfrentando, consejos prácticos que pueden implementar de inmediato, o incluso una historia inspiradora que ilumine su día.
El verdadero arte del email marketing radica en crear contenido que no solo informe, sino que también inspire y motive. Así que, cada vez que estés a punto de enviar un correo, pregúntate: «¿Estoy añadiendo valor a la vida de quien lo recibe?» Si la respuesta es sí, entonces estás en el camino correcto para que tus suscriptores esperen con entusiasmo cada uno de tus emails. Estrategias para que el contenido aporte valor son el tener en cuenta de que tipo de campaña forma parte dicho email, cuál es tu ecosistema de contenido… es decir, herramientas estratégicas existen, con lo que es algo alcanzable.
Diseño y llamadas a la acción
¡Vamos a hablar de presentación! Imagina que estás en una librería y dos libros te llaman la atención. Uno tiene una portada atractiva, colores vibrantes y un diseño que te invita a abrirlo. El otro, aunque puede tener contenido valioso, tiene una portada deslucida y poco atractiva. ¿Cuál elegirías? Lo mismo ocurre con los emails.
El diseño no es solo una cuestión estética; es tu primera oportunidad para captar la atención de tu audiencia. Un diseño limpio, con una tipografía legible y una estructura clara, no solo hace que tu email sea más agradable a la vista, sino que también facilita la comprensión del mensaje.
Pero no nos quedemos solo en el diseño. Una vez que hayas capturado la atención de tu lector, ¿qué sigue?
Aquí es donde entra la llamada a la acción, o CTA. Es tu oportunidad para guiar a tu audiencia hacia el siguiente paso, ya sea visitar tu sitio web, comprar un producto o simplemente responder al correo.
Piensa en tu CTA como el clímax de tu historia: claro, conciso y convincente.
Así que, la próxima vez que diseñes un email, recuerda que no solo estás compartiendo información, sino también creando una experiencia visual y emocional para tu audiencia. ¡Haz que cada elemento cuente!
Métricas y análisis
¡Hablemos de números! Sé que puede sonar menos emocionante que el diseño o el contenido, pero te prometo que es igual de crucial.
Imagina que estás navegando en un barco. Sin un mapa o una brújula, podrías terminar dando vueltas en círculos, ¿verdad?
En el mundo del email marketing, las métricas son tu mapa y brújula. No se trata solo de enviar correos y esperar lo mejor; se trata de entender qué está funcionando y qué no. Las herramientas analíticas te ofrecen una visión clara de la efectividad de tus campañas.
Por ejemplo, la tasa de apertura te dice cuántas personas están realmente interesadas en lo que tienes que decir.
La tasa de clics te muestra cuántos de esos lectores están tomando acción basándose en tu contenido.
Y las conversiones, bueno, esas son la cereza del pastel, indicando cuántos de esos clics se traducen en ventas, suscripciones o cualquier otro objetivo que tengas.
Pero no te quedes solo con los números. Profundiza, analiza y pregunta «¿por qué?». Si una campaña no tuvo el rendimiento esperado, no la descartes. En su lugar, busca patrones, compara con campañas anteriores y ajusta tu estrategia.
Recuerda, cada métrica es una oportunidad de aprendizaje. Así que, en lugar de volar a ciegas, utiliza esos números como tu guía para navegar hacia el éxito del email marketing. ¡Haz que cada dato cuente!
Conclusión
Y bueno, hemos cubierto algunos de los aspectos básicos del email marketing, pero esto es solo la punta del iceberg.
Si lo que te hemos contado te resuena y realmente quieres dominar el arte y la ciencia detrás de una campaña de email marketing efectiva, te invito a echar un vistazo a nuestro curso de Creven «Cómo hacer email marketing con estrategia» . Lo primero, te sorprenderá el precio para la cantidad de contenido que te aportará. Lo mejor, allí, profundizamos en cada uno de estos temas y tú verás resultados.
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