Qué es planificación estratégica y cómo hacerla. Una vez llegados al punto de que tenemos claro que queremos darle un impulso a nuestro crecimiento profesional, el siguiente paso sería el cómo. El proceso se podría extrapolar a cualquier avance de nuestra vida, primero viene el qué y después el cómo.
Si visualizamos la meta final a la que queremos dirigirnos, puede parecernos lejana e inalcanzable. Y si no nos dotamos de una planificación para alcanzarla, acabaremos desistiendo de nuestro propósito.
Uno de los sistemas más sencillos y básicos de planificación es el sistema MOEPA, equivalente a las iniciales metas, objetivos, estrategias, planes y actividades.
Con este sistema establecemos de forma clara y concreta cuáles serán nuestras metas y objetivos para los próximos años. Con cifras concretas de cuánto queremos ganar, que trabajos vamos a llevar a cabo y el por qué queremos alcanzar dichas metas y objetivos. Y las acciones que llevaremos a cabo agendadas en el tiempo para alcanzarlos.
Metas
Las metas serían el concepto más general. Lo que deseamos alcanzar a largo. Es muy importante que estas metas las establezcamos desde el comienzo interrelacionando nuestras metas profesionales y personales.
Por ejemplo, no tendría sentido que me planteara como meta profesional el comenzar a facturar un millón de euros, abrir 100 sucursales de mi idea de negocio y que al mismo tiempo me planteara crear y consolidar una familia con siete hijos y sin ayuda externa. Evidentemente, a alguno de estas dos metas no llegaré, meramente por una cuestión logística y de limitación de tiempo y recursos.
Y es importante que las establezca entrelazadas, porque como venimos diciendo nuestra vida profesional no tiene por qué ser una parcela aislada y maldita del resto de nuestra vida. No existen metas ideales, depende de la misión y visión de vida de cada persona.
Las metas son en definitiva todos aquellos aspectos que deseamos alcanzar a largo plazo y con una limitación de tiempo.
Una vez escritas las metas que deseas alcanzar deberías escribir el por qué quieres alcanzarlas. Ya que las razones son el combustible que alimenta la motivación. Cuantas más razones seamos capaces de esbozar mayor será nuestra motivación a ir a por nuestros objetivos.
Objetivos
Los objetivos nos darían las metas intermedias para alcanzar la gran meta global.
Por ejemplo: si tengo como meta crear un modelo de negocio basado en venta de artículos artesanales que este facturando a finales de este año 18.000 euros, mis objetivos serían las metas que me llevaran a alcanzar dicho reto.
Y que pueden ser: tener creado a finales de enero una colección con 50 artículos. Crear una identidad corporativa lista para el 20 de abril,…Y así sucesivamente con los diferentes pasos que necesitaría dar.
Estrategia
La estrategia nos mostrará el camino para alcanzar los objetivos y por ende nuestras metas. Esa estrategia puede ser decidir formarme para adquirir conocimientos de creación de la web. Planificar asociarme con un equipo que me complemente, utilizar ahorros y subcontratar profesionales. En definitiva, encontrar la vía que utilizaré para hacer de mi meta una realidad.
Planes
Y los planes serían los pasos concretos y diarios que llevaré a cabo cada día, cada semana y mes y que provocaran que mis objetivos se vayan alcanzando.
Acciones
Finalmente, las acciones sería el agendar estos planes en horario y día, asignándoles un responsable y contemplando las posibles desviaciones que puedan ocurrir. Conforme nuestro nivel de trabajo vaya creciendo nos daremos cuenta que todo lo que no está agendado es como si no existiera, por ello es básico una buena gestión de nuestra agenda.
Habrá acciones que estén interrelacionadas con otras y por tanto su planificación del momento idóneo de ejecución es muy importante. De ahí, la importancia de estar agendadas.
En dicha agenda vuelva a cobrar importancia el tener en cuenta tanto nuestro crecimiento profesional como el personal. Que no nos limitemos a agendar nuestras obligaciones profesionales. Al agendar también nuestra parte personal, será más fácil encontrar un equilibrio y que el peso de una de las dos áreas no se lleve la mayor parte de horas de nuestro día, sino que sea algo equilibrado y adaptado a nuestras necesidades.
En esa agenda, es un requisito imprescindible que cada día dediquemos un tiempo a nuestra roca. La roca es aquella acción que hace que tu proyecto se vaya impulsando. No es burocracia, no es trabajo administrativo, no es formación…es acción concreta que hace que nuestra meta esté más cercana.
Visualiza a dónde quieres dirigirte, respóndete a por qué lo deseas y traza el camino que será el cómo llegaras a alcanzarlo. Y disfruta de este maravilloso juego que te traerá grandes momentos.
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