En el anterior post estuvimos hablando sobre los primeros pasos a dar cuando queremos darle forma a una idea de negocio que tengamos. Hablamos que primero romperíamos nuestras creencias limitantes, las trabajaríamos para que no fueran una pesada carga que llevar. Después deberíamos plantearnos nuestros por qué. Pensar sobre cuál es la verdadera razón que nos impulsa a querer llevar a la práctica nuestro proyecto. Ahora vamos a ver la importancia de la visión, misión y valores de vida para una empresa.

Una vez claro ese por qué lo siguiente será el trabajar sobre nuestras creencias potenciadoras. Realmente lo que hacemos en estos primeros pasos es crear los cimientos de nuestra área profesional, para que todo lo que construyamos tenga un asiento fuerte y poderoso. Cada uno tendremos creencias potenciadoras, frases o declaraciones que nos aportan seguridad y nos incitan a la acción dependiendo de la motivación que predomina en nosotros. Crea las tuyas.

Y con esto en claro, ahora sí pasamos a planificar los pasos a dar para hacer que el proyecto sea algo tangible.

Respóndete a las siguientes preguntas:

  • Qué voy a ofrecer.
  • A quién
  • Cómo
  • A qué precio.
  • Es importante que las respuestas a estas preguntas estén alineadas con tu visión, misión y valores de vida.

¿Qué es visión y misión de vida?

La visión de vida es monovalente, es algo que no varía con los años y que marca las líneas generales de nuestra existencia. La misión de vida sin embargo es polivalente. Es el propósito que tengo, en el que están implicados mis valores y fortalezas, y en el que me siento cómodo y puedo llegar a fluir.

Mi visión de vida la plasmo en mi misión. Si por ejemplo mi visión de vida es contribuir a crear una sociedad de ciudadanos libres y conscientes, yo ejerzo esa visión a través de mi misión como consultora cuando doy formación, a través de mi misión como miembro de una unidad familiar, o cuando colaboro en mi comunidad. La misión de vida son las cosas concretas en las que plasmo mi propósito. Nuestra misión de hecho, puede irse modificando con los años, ya que al ser seres en crecimiento nuestras prioridades van variando conforme vamos subiendo peldaños.

Importancia de nuestros valores

La visión que tenemos se suele mantener. Esta visión está relacionada con nuestros valores. Los valores son nuestra guía en todas nuestras acciones. Y como es lógico es muy importante que tus valores personales estén alineados con los profesionales, tanto si se trata de un proyecto propio como si trabajamos para otra corporación. Cuando los valores personales no se alinean con los valores que rigen nuestro trabajo genera ansiedad, estrés, vacío e incluso depresión.

En nuestros programas trabajamos de forma recurrente nuestro propósito de vida y el poder encontrar nuestra misión porque somos conscientes que con esto claro, el camino se visualiza con mayor nitidez, y por ende, se facilitan las posibilidades de vivir de forma consciente y plena.

¿Cómo encontrar nuestra misión de vida?

  • Para encontrar nuestra misión de vida nos pueden ayudar ejercicios como los arquetipos jungianos o test de personalidad.
  • Descubrir cuáles son tus fortalezas ya que ellas indicaran aquello que se te da mejor hacer y que por tanto está relacionado con tu misión.
  • Qué era lo que soñaba de pequeño que sería mi profesión. Qué era aquello que más me gustaba hacer de pequeño.
  • Qué es aquello que cuando lo estoy realizando el tiempo fluye sin darme cuenta.
  • Cuál es aquella tarea que realizaría incluso aunque no me pagaran por llevarla a cabo.

Y si aún te quedan dudas de cuál puede ser tu misión, pasa a la acción y prueba. Escribe dos columnas, en la derecha haz una lista de posibles trabajos que se alinearían con tu misión. Y en la columna de la izquierda márcate una pequeña acción que llevar a cabo cada día que te acerque a esa misión y analiza como te vas sintiendo. Tu cerebro pondrá el foco en encontrarla. Todos tenemos un propósito de vida y tú no puedes ser la excepción, solo tienes que descubrirlo y después ponerte a trabajarlo.

Así que en conclusión los pasos que vamos dando para comenzar a plasmar una idea en un proyecto empresarial es: nos preguntamos nuestros por qué, eliminamos creencias limitantes, reforzamos creencias potenciadoras, reflexionamos sobre nuestra visión, misión y valores y pasamos a dar respuestas al qué voy a ofrecer, a quién, cómo y a que precio. Como encontrar estas respuestas será algo que iremos viendo en nuestros próximos videos. No te lo pierdas.

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